
Volcado en el sepulcro
disecado de risa
he matado la rabia
ignorándote de improvisto
uno a uno
se apagan los luceros
en vientre tan oscuro
te soplo un llanto fúnebre
se cuela el silencio
los grillos te desvelan
hostiles y resecos
deshidratados de llorarte
tu cortejo se pierde
horizonte adentro
se retuercen los perros
afónicos sobre el tejado
sus ladridos lastimeros
han abierto una nada inexistente
y allí tu
intangible y eterna
haz cruzado el umbral de lo desconocido
ahora si te desconozco sin verte
solo un recuerdo vago
me rasca las neuronas al reverso
y es un ciclo difuso degradado
donde reincido en amarte
vuelvo a ignorarte
vuelvo a asesinarte
me seco de llorarte
hasta encontrarte nuevamente.